Vivir en comunidad puede traer muchos quebraderos de cabeza, pero hay una manera de hacerlo todo más llevadero. Los administradores de fincas son profesionales encargados de gestionar los asuntos legales, financieros y técnicos necesarios para el mantenimiento de cualquier propiedad horizontal. Hoy en día, prácticamente todas las comunidades de propietarios tienen contratados los servicios de esta figura, principalmente porque ofrece la seguridad de que todos los asuntos relacionados con la gestión de la finca van a ser tratados por una persona con los conocimientos adecuados. Es la mejor forma de evitar conflictos y situaciones incómodas entre vecinos. Entre sus muchas funciones, realizan tareas de gestión y conservación de la finca, contabilidad, asesoría y secretaría.