En términos generales, una fianza es la garantía que tiene como objetivo el cumplimiento de una obligación adquirida por un tercero, llamado deudor, en caso de que este no la satisfaga. Es decir, las fianzas son una especie de seguro por si hay impagos en cualquier tipo de préstamo. En las hipotecas, se habla de fianza con garantía real, porque se deposita un bien o activo, la vivienda, como respaldo en caso de incumplimiento de contrato, que sería el impago de las cuotas mensuales. En la constitución del contrato de fianza encontramos tres sujetos: el acreedor, que es quien ofrece un bien a cambio de una obligación, el deudor, que es la persona que adquiere esa obligación frente al acreedor y el fiador, que es quien se hace cargo de la obligación en caso de que el deudor no lo haga, es decir, la fianza es una obligación que tiene carácter subsidiario.