Si quieres comprarte una nueva casa mientras intentas vender tu antigua vivienda las llamadas hipotecas puente te ayudarán a lograrlo. Es una herramienta que te dará mayor flexibilidad para encontrar al comprador ideal sin excesiva urgencia. Lo primero que hará tu banco es un análisis de solvencia para comprobar cuáles son tus ingresos y tus deudas. Una vez aprobada, suele conceder esta hipoteca poniendo como garantía ambas viviendas y con un plazo de entre seis meses y cinco años para vender el primer inmueble. Hay que tener en cuenta que lo normal es que las hipotecas puente no te permitan pedir más del 80% del valor de tasación de las dos viviendas, aunque hay excepciones. Si el importe que te queda por pagar de tu antigua casa no es demasiado alto, te podrían llegar a permitir financiar hasta el 100%.