Los intereses de demora son aquellos que se aplican como penalización ante el incumplimiento de una deuda. Se trata de una especie de indemnización, cuyo principal objetivo es reparar el daño que ocasiona el deudor a su acreedor por el retraso de los pagos. En el caso de un préstamo hipotecario, es la compensación que se paga al banco cuando el cliente no hace frente a las cuotas en el tiempo estipulado en el contrato. Con la ley hipotecaria de junio de 2019 se estableció que, como máximo, se pueden sumar 3 puntos porcentuales al interés remuneratorio. Hay que tener en cuenta que se empieza a aplicar este recargo desde el primer día de retraso del pago.