Una de las decisiones más importantes a la hora de contratar un préstamo hipotecario es elegir el tipo de interés que más te conviene según tus circunstancias personales y financieras. En líneas generales podríamos decir que hay tres tipos de hipotecas: a tipo de interés fijo (que no sufrirá cambios en el tiempo), a interés variable (cuando se pacta una revisión en un plazo determinado, que suele ser semestral o anual) o a tipo de interés mixto (una combinación de las dos fórmulas anteriores). En este último caso, se aplicará un tipo de interés fijo durante un plazo determinado y pasado ese periodo, se cambiará a uno variable.