Se trata de un elemento que no se suele tener en cuenta cuando se estudian las condiciones de una hipoteca, pero es un punto realmente importante en caso de ejecución por impago del préstamo. La responsabilidad hipotecaria es la cantidad máxima por la que responde el inmueble objeto de hipoteca.
Es una cifra que se obtiene sumando todos los conceptos garantizados que comprende un préstamo: El capital o el importe total concedido, la suma de los intereses de demora y ordinarios, y los gastos judiciales y de ejecución, que no pueden superar el 5% del capital. En definitiva, es un instrumento de protección para los acreedores.