Hay un documento que sirve para certificar legalmente quién es el dueño de un bien inmueble, es el llamado título de propiedad. Esto quiere decir que para obtenerlo hay que inscribir las escrituras en el Registro de la Propiedad. Este título contiene información que proviene de las escrituras: cómo se adquirió la vivienda, la fecha de la compra y sus características. Su función es garantizar ante las autoridades que la propiedad está a nombre de una persona específica. La mayoría de la gente tiende a pensar que las escrituras y el título de propiedad son equivalentes, pero son dos conceptos diferentes.