Tarjeta de crédito o débito: ¿qué se puede hacer con cada una?

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  • La diferencia básica radica en la forma en la que se paga la deuda que generan las compras realizadas
  • Las tarjetas de débito son más habituales para pagar en el día a día y sacar dinero en efectivo
  • Se aconseja reservar las de crédito para aquellas operaciones cuyo importe es mayor o para imprevistos

Cada día se hacen millones de compras a lo largo y ancho del planeta y se pagan con dinero de plástico. En algunas ocasiones es de débito y en otras, de crédito. Una forma no está reñida con la otra, pero a la hora de comparar tarjetas sí conviene saber cuál es mejor para cada situación.

Lo más habitual es emplear la de débito para el día a día, algo que no tiene por qué impedir la presencia de una de crédito en la cartera de forma complementaria para gastos mayores. Es más, hay algunas compras o servicios que sólo se pueden llevar a cabo con una tarjeta de este tipo porque además de ser dinero de plástico, también son una forma de financiación que proporciona ventajas y descuentos que no están disponibles con la de débito. Te contamos todo lo que puedes hacer con ellas.

Diferencias entre una tarjeta de débito y una de crédito

La distinción básica entre una tarjeta de débito y una de crédito radica en la forma en la que se paga la deuda que generan las compras realizadas. Ahondando más en las diferencias, hay tres que ayudan a distinguir una de otra:

El pago

Si el usuario efectúa una compra con una tarjeta de débito, el cargo se hace de forma automática en la cuenta y es necesario que haya suficiente dinero para hacer frente al pago. Si, en cambio, se lleva a cabo con la de crédito no es necesario tener fondos porque el cargo se podrá aplazar en función de las condiciones que el cliente haya pactado y firmado con su banco.

La financiación

Como se ha visto, con la tarjeta de crédito existe la posibilidad de aplazar y financiar las compras generando una deuda que el consumidor podrá pagar al banco de tres maneras diferentes: a mes vencido, en plazos fraccionados o con una cuota fija.

Los intereses

La tarjeta de débito no implica pagar intereses por usarla (aunque sí por mantenerla, por ejemplo) ya que el cargo en la cuenta se hace en el momento de la compra. En el caso de las de crédito sí que se generan porque la entidad financiera financia una disposición de fondos. No sólo lo hace al adquirir algo, también al sacar dinero de un cajero siempre que la tarjeta no disponga de la opción de sacar efectivo a débito.

¿Qué tipo de tarjeta conviene usar?

La respuesta más lógica pasa por las necesidades de cada consumidor. En función de éstas, le elección irá encaminada hacia una u otra. Las tarjetas de crédito y débito se pueden emplear de forma indistinta para algunos gastos, pero hay veces en las que no está de más tener claro cuál es mejor para evitar recargos y sustos inesperados.

Generalmente, las de débito son las más adecuadas para el día a día mientras que se aconseja reservar las de crédito para aquellas operaciones cuyo importe es mayor o para imprevistos. El motivo es que al usuario no le hace falta disponer de esa cantidad de dinero o tener un fondo de emergencia para salir del paso. Siempre podrá pagar en el momento que le sea más conveniente.

¿Para qué necesito una tarjeta de crédito?

Las tarjetas de débito y crédito tienen funciones diferentes. Por ello, al consumidor le puede interesar usar una u otra dependiendo de la situación y de las ventajas que ofrezcan. Sin embargo, hay casos en los que la tarjeta de crédito es la única posibilidad o la más adecuada y otros en los que es recomendable tener ambas.

Alquiler de un vehículo

coche segunda mano comprar coche vender coche alquilar cocheDependiendo de las circunstancias de cada aventura, el viajero necesitará alquilar un vehículo. Las empresas y agencias que se encargan de ofrecer este tipo de servicios no admiten tarjetas de débito. Hace un tiempo, si el usuario no disponía de una de crédito, podía pagar una fianza que le devolvían al finalizar el servicio siempre y cuando el vehículo estuviera en perfectas condiciones. Hoy en día, nadie permite esta operación.  Por lo tanto, si el usuario no tiene una de crédito no podrá alquilar un coche o una moto durante las vacaciones.

El objetivo, más allá de simplificar los trámites, es reducir el riesgo de cobro que asumen las empresas de alquiler de coches con los clientes. De esta manera, caminan sobre seguro ya que con la tarjeta de crédito saben que van a poder cargar el importe del servicio en la cuenta del cliente aunque éste no tenga fondos. Con una de débito, si el usuario no tiene dinero, la compañía no podría pasar la factura.

Por otro lado, a la hora de usar ese vehículo de alquiler pueden surgir gastos que no estaban previstos como, por ejemplo, un accidente, averías que no se ven a simple vista, no rellenar el depósito, hacer más kilómetros de los estipulados en el contrato o, incluso, no devolver el coche. A esto hay que añadir que algunas tarjetas de crédito incluyen seguros como el de Accidentes o el de Asistencia en carretera 24 horas, que protegerían al usuario.

Compras online

Cada vez son más las personas que prefieren hacer sus compras desde su casa independientemente de lo que se vaya a adquirir: alimentación, ropa, calzado, electrónica, algo para el hogar… Esta comodidad también entraña cierto riesgo. Cuando se realiza una compra online, el usuario puede compartir sus datos de forma pública sin darse cuenta. Una de las consecuencias más graves es que su tarjeta sea copiada.

Las tarjetas de crédito aportan seguridad extra en estas operaciones, algo que las de débito no suelen hacer. Y es que las primeras suelen incluir el seguro de Protección de Compras. Con él, el titular podrá recibir una indemnización si se produce un robo, expoliación o un daño accidental derivado de los bienes comprados tanto por internet como en las tiendas físicas.

Compras aplazadas o financiadas

Comprar, compras, regalar, regaloMuchos sueños no tienen precio, pero otros sí. Hacerlos realidad en un momento determinado puede no ser posible por la falta de dinero. Es entonces cuando las tarjetas de crédito se antojan como una buena solución. No en vano, su principal función pasa por realizar compras sin necesidad de tener el dinero en ese instante. La razón es simple: el pago se aplaza hasta la fecha de liquidación que, normalmente, es un mes después de haber efectuado la adquisición.

Eso sí, este plazo no puede caer en el olvido. Cuando se cumpla, el usuario tiene que saldar la deuda que ha contraído con su entidad bancaria y pueden darse dos situaciones:

  • Si la cuenta asociada a la tarjeta de crédito tiene dinero, no habrá problema.
  • Si no tiene, se activarán los intereses de la tarjeta.

Por lo tanto, lo más recomendable es aprovechar los días dispuestos para pagar ese crédito evitando intereses. Así, además, el usuario gana flexibilidad en el pago de sus compras.

Por otro lado, si el consumidor necesita financiar sus compras, la tarjeta de crédito le permite devolver el dinero en cuotas. La fórmula es sencilla: el importe se divide en plazos y se elige el periodo de tiempo para saldar la deuda. Lo ideal es que sea lo más breve posible para evitar los intereses de más.

Descuentos

Las tarjetas de crédito traen consigo una gran ventaja: un catálogo de descuentos mucho más amplio que el de las de débito. Por lo tanto, a la hora de hacer las compras del día a día, es más beneficioso para el usuario emplearlas antes que las de débito. Los descuentos y los accesos a diferentes eventos son exclusivos para aquellos que emplean este tipo de tarjetas y, además, la oferta de comercios en los que se pueden canjear es muy amplia: desde restauración hasta gasolineras pasando por establecimientos de ocio, aerolíneas o tiendas de moda, entre otros. Por lo tanto, siempre habrá alguna oferta que satisfaga al consumidor.

Viajes al extranjero

Cuando se planea un viaje al extranjero, surgen muchas preguntas y algunas de ellas giran en torno a la parte económica. Gestionar el dinero no es tan fácil como en el país de origen y las dudas son lógicas: ¿es mejor pagar con efectivo o con tarjeta? ¿Cuál me llevo, la de crédito o la de débito? Lo más adecuado es tener una de cada por si la habitual falla o por si surgen inconvenientes. Algunos establecimientos no autorizan algunas operaciones si no tienen garantías de poder cargar los costes del servicio.

Viajar, vuelos, aeropuertos, extranjero,seguro de viaje Sea como sea, al poner ambas tarjetas en una balanza, ésta se inclinaría ligeramente a favor de la de crédito. Con ella el usuario no se queda sin fondos y, además, no tiene que preocuparse por las comisiones siempre y cuando tenga dinero llegada la fecha de corte. Es decir, el día que el banco marca como el fin de un período de registro de compras. Finalmente, lo más recomendable pasa por pagar empleado cualquiera de las dos tarjetas en lugar de hacerlo en efectivo porque el tipo de cambio que se les aplica es más favorable.

¿Para qué puedo utilizar ambas?

Las tarjetas de débito son las más habituales para pagar y sacar dinero en efectivo. Sus costes de mantenimiento y comisiones suelen ser bastante bajas o inexistentes; tanto que, normalmente, sólo llevan asociada la cuota anual y la comisión de emisión. Además, es fácil que una entidad financiera las conceda y en muchos casos llega asociada de forma gratuita con la cuenta. Teniendo en cuenta esto, hay ocasiones en las que compensa tanto usar la tarjeta de débito como la de crédito.

Sacar dinero de un cajero

La desinformación ha hecho que se cree un mito sobre las tarjetas de crédito, los cajeros y las comisiones. Si cuentan con la opción de sacar efectivo a débito, los cajeros de la entidad bancaria correspondiente no cobrarán un extra por disponer de dinero. Igual que sucede con las tarjetas de débito. Es más, si la extracción se lleva a cabo en un banco que no es el correspondiente, éste no cobrará ninguna comisión. Lo hará la entidad propietaria del cajero, siempre y cuando no exista un acuerdo de colaboración y la red de cajeros no sea del mismo grupo.

Peajes

Actualmente, los peajes han generalizado el uso de tarjetas de crédito y débito para realizar los pagos. De esta forma, los conductores pueden emplear de forma indistinta cualquiera de las dos para abonar los diferentes importes. Además de estas opciones, existen las tarjetas de prepago. Son una modalidad de las de débito y funcionan como un monedero electrónico que el conductor recarga con el dinero que necesite.

Comparar tarjetas

Tanto las tarjetas de crédito como las de débito cumplen con una serie de funciones. Teniendo en cuenta esto, el uso más inteligente pasaría por incluir ambas ya que, de esta manera, estarían cubiertas todas las necesidades del consumidor. Para elegir la tarjeta idónea, la mejor herramienta es el comparador de Rastreator. Una forma sencilla y rápida con la que, además, ahorrarás.

Escrito por:
Álvaro Bas

Licenciado en Económicas por la Universidad Complutense de Madrid y tiene un Máster en Dirección Financiera y Control del Instituto de Empresa. Es Director de Operaciones y Director de Desarrollo de Negocio y está a cargo de las áreas de Finanzas, Telefonía, Energía y Coches.

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