Consejos para mejorar tu solvencia si vas a solicitar una hipoteca
- Las entidades buscan clientes solventes, con una fuente regular y estable de ingresos y con un buen historial crediticio que les den garantías de la devolución del dinero prestado
- Tener dinero ahorrado para la entrada y un bajo nivel de endeudamiento mejora la solvencia y lanza un mensaje positivo al banco sobre la capacidad de afrontar las obligaciones financieras
Comprar una casa es el sueño de muchas personas. Sin embargo, a la hora de hacerlo realidad, salvo que se tenga ahorrado el dinero suficiente para pagarla al contado, lo más común es tener que pedir una hipoteca. Eso sí, el banco la tiene que aprobar. Y es que si, tras la crisis financiera e inmobiliaria de 2008, las entidades financieras ya habían incrementado su nivel de exigencia a la hora de conceder financiación, en unos tiempos como los actuales, de incertidumbre económica y de encarecimiento de las hipotecas, la prudencia de la banca todavía es mayor. Esto ha provocado que se haya cerrado el grifo del crédito, limitando su acceso únicamente a aquellas personas que garanticen una sólida solvencia financiera. Con lo cual, si estás pensando solicitar una hipoteca, mejorar tu solvencia es fundamental para que te la concedan y, así, poder comprar la vivienda con la que sueñas.
Cuando vas a pedir una hipoteca, es importante que tengas ahorrada cierta cantidad de dinero. Por lo menos, entre el 20% y el 30% del importe que piensas pagar por la vivienda. Este dinero, además de permitirte cubrir la cantidad que no te va a dar el banco (las hipotecas solo financian hasta el 80% del valor de compraventa o tasación del inmueble), así como los gastos de la operación, también va a jugar a tu favor de cara a la futura aprobación del préstamo. De alguna manera, demuestran tu capacidad de ahorro y responsabilidad financiera, lo que reduce el riesgo percibido por parte de la entidad financiera. Y cuanto mayor sea ese ahorro, mejor, ya que, además de reducir el monto que tendrás que pedir prestado, también incrementa tus posibilidades de obtener una hipoteca con términos favorables.
Reducir el nivel de endeudamiento
Debes saber que, cuando vas a pedir una hipoteca, el banco analiza también tu capacidad de endeudamiento. En este sentido, una alta carga de deuda puede ser perjudicial para tu solvencia, mientras que tener un bajo nivel de endeudamiento, aumenta las posibilidades de que te concedan la financiación, ya que te ven como una persona solvente, que controla su presupuesto. Por eso, antes de solicitar una hipoteca, intenta reducir las deudas que tengas. Esto no solo mejorará tu relación deuda-ingresos y, por tanto, tu solvencia, sino que también enviará una señal positiva al banco sobre tu capacidad para manejar nuevas obligaciones financieras.
Además, antes de solicitar una hipoteca, evita contraer nuevas deudas. Esto incluye gastos con tarjetas de crédito, préstamos personales o compras importantes financiadas que puedan aumentar tu carga financiera. Y es que, antes de comprometerse a otorgarte una hipoteca, cualquier entidad financiera quiere comprobar que eres una persona con estabilidad financiera y responsable. En este sentido, también es fundamental que tengas todas tus facturas al día, ya que los pagos atrasados no ayudan a conseguir el ‘sí’ de tu banco. Asegúrate de pagar todas tus facturas a tiempo y en su totalidad. Esto no solo mejorará tu solvencia actual, sino que también establece un historial de pagos positivo que tu entidad apreciará a la hora de evaluar tu solicitud de hipoteca. Y no olvides comprobar si estás en alguna lista de morosos. Si es así, si la deuda no es muy grande, págala y olvídate de ella.
Mantenimiento de la estabilidad laboral
La estabilidad laboral es otro aspecto que el banco tiene en cuenta a la hora de evaluar tu solvencia de cara a la concesión de una hipoteca. Valorará que tengas una fuente de ingresos regular y, cuanto mayor sea, mejor. En este sentido, ser funcionario o trabajador indefinido brinda a la entidad una mayor certeza de ingresos a largo plazo, así como una menor probabilidad de cambios laborales que puedan afectar a tus compromisos de pagos hipotecarios. Si eres trabajador temporal o autónomo, tendrás que proporcionar documentación adicional, como estados de cuenta y declaraciones de impuestos, para demostrar tus ingresos regulares y respaldar tu solvencia.
En definitiva, mejorar tu solvencia antes de pedir una hipoteca requiere de cierto esfuerzo, pero los beneficios, tanto de cara a que te concedan la financiación, como a largo plazo, valdrán la pena.
Periodista multidisciplinar especializada en información económica, marketing y publicidad. Ha desarrollado su carrera profesional en diferentes medios de comunicación, principalmente impresos y digitales, pasando también por la comunicación institucional y corporativa.