¿Qué es la permuta de viviendas?

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  • La permuta de viviendas es el intercambio entre dos particulares de la propiedad de sus casas a través de un trueque sin que medie ningún pago entre ellos
  • Se trata de una operación poco frecuente porque, para darse, ambos propietarios deben coincidir en sus necesidades y el valor de cada vivienda debe ser equivalente

permuta viviendas

¿Pensando en cambiar de casa? Si es así, seguro que te estás planteando poner a la venta tu vivienda para poder comprar otra. Sin embargo, tienes que saber que cuentas con otras alternativas. ¿Y si hubiera un particular interesado en un inmueble similar al tuyo y el suyo encajara con lo que tú estás buscando? En ese caso, podrías plantearte hacer una permuta. O lo que es lo mismo, un intercambio de las casas mediante un trueque. Y aunque es una operación poco frecuente, puede ser beneficiosa para ambas partes, ya que puedes conseguir la casa de tus sueños sin tener que gastar dinero.

En concreto, la permuta inmobiliaria es un tipo de intercambio, que se formaliza a través de un contrato específico, mediante el cual dos partes se transfieren inmuebles de su propiedad. Se trata de una práctica totalmente legal, aunque muy minoritaria en nuestro país. Así, de las 1.068.389 operaciones inmobiliarias de viviendas registradas en 2022, apenas 1.258 fueron permutas. Es decir, el 0,11% del total, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística. Y aunque sigue siendo poco frecuente, en los últimos meses se ha notado un incremento de esta fórmula. Según el INE, entre enero y septiembre de 2023 se habían realizado 938 permutas de viviendas en España, cerca de un 3% más que en el mismo periodo de 2022.

Dificultad a la hora de encontrar la vivienda adecuada

La explicación de que haya tan pocas operaciones de permutas debe buscarse, por un lado, en el desconocimiento que hay de esta alternativa. Pero, sobre todo, en la dificultad de que dos propietarios que quieren intercambiar sus viviendas coincidan, que ambos estén interesados por los inmuebles de forma recíproca y que éstos tengan un valor similar. De cara a buscar esa coincidencia entre dos particulares, en la actualidad hay diferentes portales en los que es posible encontrar ofertas de permuta de vivienda. Y para establecer el precio de cada una de las propiedades, lo mejor es hacer una tasación. Tras esto, es muy probable que una de las viviendas tenga un valor mayor que el de la otra. En ese caso, puede darse una compensación económica de una de las partes a la otra.

Además, antes de realizar la operación, es importante que ambas partes se cercioren de la titularidad de cada vivienda, de visitar las propiedades que desean permutar para asegurarse de que se corresponden con lo acordado y que no tienen vicios ocultos o comprobar que están al corriente de pagos. Si tras esto siguen interesados en la operación, tendrán que acudir al notario para firmar la permuta y cada una de las partes pasará a ser propietario de la vivienda del otro.

Y aunque la permuta es más barata que una operación de compraventa, no saldrá gratis. Ambas partes tendrán que pagar los gastos de notaría y del Registro de la Propiedad, el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, la plusvalía municipal y, además, si se produce una ganancia o pérdida patrimonial, deberán tributar como tal en el IRPF.

Ventajas de una permuta de viviendas

Con una permuta, dos personas solucionan sus problemas en un solo acto en un proceso más sencillo y con menos coste que una compraventa. Además del ahorro, esta operación puede facilitar el acceso a propiedades que jamás se encontrarían en el mercado. Asimismo, en épocas de poca liquidez o para personas con dificultades para acceder a financiación, la permuta es una alternativa que puede resultar muy conveniente, ya que es una fórmula para cambiar de vivienda sin que cueste dinero o muy poco.

Y es que la permuta puede hacerse con cualquier vivienda. No hay limitaciones. El único requisito es que ambas partes lleguen a un acuerdo. De esta manera, si las dos casas están libres de cargas, puede ser una buena opción para cambiar de casa sin grandes complicaciones. Pero también es posible hacerla aunque una de las casas tenga una hipoteca. En ese caso, para calcular el precio de dicha vivienda, habrá que restar el capital de la hipoteca pendiente de amortizar a su valor de mercado. Por ejemplo, si una de las viviendas se valora en 220.000 euros y tiene una hipoteca de 30.000, su valor neto se quedaría en 190.000 euros. En ese caso, la persona que se quede con la casa hipotecada, podrá abonar esos 30.000 euros y quitar la hipoteca, subrogarse a la hipoteca del anterior propietario, para lo que tendrá que contar con la aprobación del banco, o solicitar una nueva hipoteca, con condiciones más ventajosas, y cancelar la anterior.

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Escrito por:
Leticia Iserte

Periodista multidisciplinar especializada en información económica, marketing y publicidad. Ha desarrollado su carrera profesional en diferentes medios de comunicación, principalmente impresos y digitales, pasando también por la comunicación institucional y corporativa.

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