Caen las hipotecas para primera vivienda y se disparan las destinadas a inversión inmobiliaria

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  • El 56% de los préstamos hipotecarios se piden para invertir en vivienda y solo el 14,4% de los créditos se destinan a financiar primera vivienda, según Asufin
  • La subida del precio de la vivienda sigue siendo un freno determinante y crece el número de personas que desisten de pedir una hipoteca
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El 34,1% de los españoles considera que la vivienda es el mayor problema del país

Los datos no dejan lugar a dudas: el acceso a la vivienda se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los españoles. Según el último barómetro del CIS, un 34,1% de los ciudadanos considera que la vivienda es el mayor problema del país. Esta cifra, que ha aumentado un 5,8% desde enero, se acerca peligrosamente al 37,3% registrado en 2007, justo antes del estallido de la burbuja inmobiliaria. Este panorama se refleja claramente en la distribución de los préstamos hipotecarios. El VI Barómetro Asufin de hipotecas revela que solo el 14,4% de los consumidores destinará su hipoteca a la compra de una primera vivienda. En contraste, el 56% de los solicitantes busca la hipoteca como una inversión, consolidando una tendencia que incrementa la brecha entre quienes buscan un hogar y quienes ven la vivienda como un activo financiero.

La tendencia es clara: cada vez menos ciudadanos tienen pensado contratar una hipoteca para hacerse con un inmueble con fines habitacionales. Mientras que la solicitud de un préstamo hipotecario para comprar una primera vivienda ha descendido del 16% en 2024 al 14,4% este año, quienes lo harán porque ya poseen una vivienda y desean cambiar a otra de uso habitual también han disminuido, pasando del 11,2% al 10,3%. La caída más pronunciada se observa en hipotecas que se quieren destinar a la adquisición de segundas residencias, que baja del 21,8% al 19,1%, marcando una reducción del 2,7% en un solo año.

En el otro extremo del espectro, la hipoteca para adquirir un inmueble como inversión no deja de crecer. Si en 2024 este segmento superó la barrera del 50%, situándose en el 51,1%, en el barómetro de este año ha escalado hasta el 56,2%, consolidándose como el motor principal del mercado inmobiliario. Este fenómeno pone de manifiesto cómo un sector de la población con recursos económicos y con al menos una propiedad es el que está marcando el ritmo del mercado.

La inversión prima sobre la necesidad

En este sentido, las razones detrás de la contratación de una hipoteca evidencian esta dualidad en el mercado. El 64,8% de los compradores señala que su principal motivación es considerar la vivienda como una inversión rentable, un dato que ha crecido en 5,1 puntos respecto al año anterior. Por otro lado, el argumento de aprovechar mejores condiciones de financiación ha aumentado siete puntos, del 11,9% al 18,9%.

En contraste, la motivación basada en la búsqueda de precios asequibles ha experimentado una caída drástica. Si en 2023 un 21,9% de los compradores afirmaba que compraba por haber encontrado una buena oferta, en 2024 este porcentaje ha descendido al 9,7%, reflejando que los precios accesibles son cada vez más escasos.

La escasez de oferta es uno de los factores que agrava esta crisis. Muchos compradores potenciales se ven excluidos del mercado, lo que genera una presión al alza en los precios. Además, parte de las viviendas adquiridas con fines de inversión no se destinan a la oferta de vivienda habitual, sino a usos alternativos como el alquiler turístico o de corta duración.

El VI Barómetro Asufin destaca que más de seis de cada diez personas que desean solicitar una hipoteca no lo hacen porque las circunstancias económicas no se lo permiten. Entre ellos, más de dos de cada diez apuntan directamente a la insuficiencia de sus salarios como el principal obstáculo para afrontar las cuotas hipotecarias.

Bajada de tipos, pero no mayor accesibilidad

A pesar de que el precio de las hipotecas ha bajado hasta un 0,7%, este alivio no se traduce en una mayor accesibilidad para todos los consumidores. La subida del precio de la vivienda sigue siendo un freno determinante, ya que, aunque la cuota hipotecaria pueda reducirse, el 20% del precio del inmueble que generalmente no se financia se vuelve cada vez más inalcanzable.

Como resultado, ha crecido el número de personas que han decidido no solicitar una hipoteca. Un 9,9% de quienes pensaban pedir un préstamo hipotecario finalmente han desistido, lo que representa un aumento del 2,3% respecto al año anterior. Este fenómeno no es nuevo: en 2023 ya se registró un incremento del 2,5%, pasando del 5,1% al 7,6%. Sin embargo, mientras que el año pasado la principal razón era la espera a una mayor consolidación en la bajada de tipos, este año la barrera es la dificultad de acceso a la vivienda.

El número de personas que inicialmente no pensaban contratar una hipoteca, pero que ahora deciden hacerlo, se mantiene en mínimos. Apenas un 2% ha cambiado de opinión, una cifra ligeramente inferior al 2,1% registrado en 2024. Desde Asufin advierten que “aunque los tipos de interés han bajado, muchas personas siguen sin poder acceder a una hipoteca porque, en términos generales, las cuotas resultantes siguen siendo demasiado elevadas debido al constante aumento del precio de la vivienda”.

Escrito por:
Leticia Iserte

Periodista multidisciplinar especializada en información económica, marketing y publicidad. Ha desarrollado su carrera profesional en diferentes medios de comunicación, principalmente impresos y digitales, pasando también por la comunicación institucional y corporativa.

Revisado por:
Sergio Carbajal

Experto en mercado hipotecario y productos financieros