La seguridad vial y su evolución en las últimas décadas
- El uso obligatorio del cinturón de seguridad ha tenido un gran impacto en el número de víctimas en accidentes
- El carnet por puntos, la prohibición del móvil al volante o el uso obligatorio de los S.R.I, son unos de los cambios más importantes
- Los sistemas tecnológicos avanzados podrían salvar cada año a 420 personas
En el año 2015, 1.126 personas perdieron la vida en accidentes producidos en vías interurbanas, un 1% menos que el año anterior. Aunque se trata de un ligero descenso, lo cierto es que esta cifra representa un mínimo histórico desde 1960, primer año del que se tienen estadísticas y en el que se registraron 1.300 fallecidos en un escenario de movilidad que en nada se parece al actual (1 millón de vehículos en 1960 frente a los más de 31 millones en 2015). 1989 fue el año que marcó el récord en cuanto a siniestralidad se refiere, con 5.940 fallecidos en vías interurbanas. A partir de entonces se ha experimentado un descenso continuado del número de víctimas, salvo determinados repuntes producidos en la década de los 90 y principios de los 2000.
Para llegar a esta situación son muchos los esfuerzos que se han dedicado en mejorar la seguridad vial, tanto a nivel tecnológico, como legislativo y de educación de los conductores. Hábitos que ahora parecen evidentes como ponerse el cinturón al subir al vehículo, o no exceder el número de plazas permitido en un vehículo, no lo fueron tanto hace tan solo unos años, en los que muchos recordarán que estas normas no se cumplían de manera tan escrupulosa.
Los cambios más importantes en la Ley de Tráfico
El factor humano es el causante del 90% de los accidentes que se producen al volante. Según MAPFRE, las distracciones, la velocidad y el consumo de alcohol tienen la culpa de más de la mitad de los accidentes de tráfico. Ante esta situación, son muchos los esfuerzos que se han destinado a que las cifras de siniestralidad bajen, al intentar evitar estos «fallos humanos». Es por ello que la Ley de Tráfico y el Reglamento de Circulación han sufrido numerosos cambios a lo largo de los años, endureciendo las sanciones, y adaptando las normas a las nuevas exigencias de seguridad vial.
La velocidad, en el punto de mira
El respeto a los límites de velocidad en las carreteras es una de las asignaturas pendientes de los conductores españoles. Según un informe de la Fundación MAPFRE, cada año podrían salvarse 379 vidas en España si se respetaran los límites de velocidad. Por ello, este es uno de los aspectos en los que más inciden las campañas de seguridad vial de hoy en día. Algo que ha tenido su reflejo en las cifras de víctimas.
Hasta 1974 sólo existía límite de velocidad para los vehículos destinados al transporte de mercancías. A partir de dicho año, el Código de Circulación en vigor impuso el límite a 130 km/h sólo para autopistas y 110 para autovías, y no fue hasta 1992 cuando los vehículos podrían circular a 120 por ambos tipos de vías. No obstante, si bien los límites de velocidad se han mantenido prácticamente invariables desde esa fecha, las campañas de concienciación, así como la vigilancia en las carreteras se han incrementado considerablemente.
Así, si en el año 2000 superar los límites de velocidad podía acarrear una multa de entre 15.000 y 50.000 pesetas (90 y 300 euros) y suponer la retirada del carnet, hoy en día los límites que se pueden exceder son menores y la cuantía económica de las multas, mayores.
Por ejemplo, un estudio realizado por el RACE en el año 2000 señala que el baremo interno empleado por Tráfico para imponer sanciones establecía el límite a partir de 66 km/h en vías urbanas y 141 km/h en interurbanas. Si lo comparamos con la actualidad observamos cómo ha cambiado el régimen de sanciones. Actualmente, superar en 1 km/h la velocidad máxima establecida en determinadas vías urbanas supone una multa de 100 euros, del mismo modo que hacerlo en 50 km/h en esta misma vía asciende a 600 euros y la retirada de 6 puntos del carnet. Además, exceder la velocidad máxima en más de 60 km/h en ciudad y 80 en zonas interurbanas está castigado con una pena de prisión que puede ir desde 3 a 6 meses, multa de 6 a 12 meses, trabajos a la comunidad y privación del carnet de conducir de 1 a 4 años.
Y estos cambios legislativos en materia de velocidad se han dejado notar en las cifras de siniestralidad. Si en 2004 el exceso de velocidad estaba presente en el 29% de los accidentes mortales, 10 años más tarde, en 2014, dicho porcentaje se ha reducido en 8 puntos, hasta el 21%.
El cinturón de seguridad, obligatorio desde 1992
Seguramente, uno de los cambios más significativos para todos los conductores es el uso obligatorio del cinturón de seguridad. Este dispositivo se calcula que reduce en un 90% el riesgo de fallecer en caso de choque frontal, y hasta la mitad en caso de alcance. Sin embargo, no hace tantos años que su uso se ha convertido en algo normalizado en nuestro país. De hecho, en España es obligatorio que tanto conductor como pasajeros lo lleven en cualquier tipo de vía desde el año 1992, así como que todos los vehículos matriculados a partir de ese año los lleven instalados en todos los asientos. No obstante, tuvieron que pasar años para que los conductores y los pasajeros tomaran verdadera conciencia de la importancia de esta norma. En el año 2005, las personas fallecidas a causa de no llevar puesto el cinturón ascendieron a 763. Diez años más tarde la cifra se ha reducido considerablemente, y en 2015 se situó en 141.
Sistemas de Retención Infantil obligatorio
Junto con la normativa del cinturón de seguridad, no hay que olvidar la obligación de que los niños viajen en los vehículos con un Sistema de Retención Infantil (S.R.I.) adecuado a su tamaño. Este dispositivo puede reducir las muertes en accidentes de tráfico hasta en un 75% y las lesiones graves hasta en un 90%. Si bien ahora su uso parece algo evidente, hace tan solo unos años, concretamente en el año 2003, el 60% de los niños españoles viajaban sin ningún dispositivo de retención, según indica la DGT. Y es que hasta 3 años más tarde, en 2006, en España no era obligatorio que los niños viajaran con un S.R.I, únicamente estaban obligados a hacerlo en los vehículos que dispusieran de él.
En 2003 se aprobó la Directiva 2003/20/CE del Parlamento Europeo y del Consejo que establecía que los niños de una estatura inferior a 1,50 metros deberían viajar en el coche utilizando un sistema de retención infantil adecuado a su tamaño. No obstante, esta normativa no se implantó en España hasta el año 2006, plazo máximo que concedía la UE para adoptarla. Hoy en día, según un estudio del Observatorio de Conductores (DUCIT), aunque se ha conseguido reducir la cifra de niños que viaja sin S.R.I. al 9%, un 37% lo hace de forma incorrecta.
Además, la ley cada vez protege más a los niños en materia de seguridad. Recientemente, se ha modificado el Decreto que permitía que niños de 12 años viajaran en el asiento delantero y los menores de esta edad pudieran hacerlo utilizando un S.R.I. Tras la modificación de la norma, se ha prohibido tanto instalar una sillita infantil en dichos asientos, como que los niños de estatura inferior a 135 cm viajen en ellos. Además, el vehículo podrá inmovilizarse si en él viaja un niño y no dispone de un dispositivo de retención infantil. Una norma que parece haber dado sus frutos ya que si el número de niños fallecidos en 2005 por no llevar S.R.I. ascendía a 267, en 2015 la cifra se había reducido a 4, uno más que el año anterior.
Más sanciones por alcohol y drogas
Los jóvenes son otro de los colectivos más vulnerables en cuanto a seguridad vial se refiere. Los accidentes de automóvil son la principal causa de mortalidad entre los jóvenes de todo el mundo, especialmente los que tienen entre 18 y 24 años, según indican diferentes estudios consultados por la DGT. Entre 2004 y 2013 fallecieron 62.000 jóvenes en accidentes de tráfico en la Unión Europea. La mayoría se debió a una lectura deficiente de la carretera y al consumo de alcohol y drogas, el estrés y las distracciones. Sin embargo, no son ellos los únicos que se ponen al volante tras haber consumido alcohol. En 2015, el 43,1% de los fallecidos en carretera en España habían consumido alcohol, drogas o psicofármacos, según la «Memoria 2015 sobre la incidencia de alcohol, drogas y psicofármacos en los conductores, acompañantes y peatones fallecidos en accidentes de tráfico«, elaborada por la DGT y el Instituto Nacional de Toxicología. Se trata de una cifra que ha aumentado un 4,1% desde el pasado 2014.
Para conseguir reducir el número de víctimas de tráfico la normativa en relación a la ingesta de alcohol al volante cada vez es más estricta. La última modificación que sufrió esta ley fue el incremento de la multa económica por conducir bajo los efectos del alcohol de 500 a 1.000 euros cuando se duplique la tasa máxima, o para los conductores que sean reincidentes.
Además, conducir tras haber consumido alcohol o drogas también puede tener consecuencias penales. Dar positivo con una tasa superior a 0,60 miligramos por litro en aire espirado ó 1,2 gramos en sangre se sanciona con penas de prisión de 3 a 6 meses, multas de 6 a 12 meses o trabajos en beneficio de la comunidad.
Teléfono móvil, prohibido sin manos libres
Podría decirse que el teléfono móvil ha sido el invento de las últimas décadas. Nos ha facilitado la comunicación instantánea con cualquier persona desde y hacia cualquier parte del mundo. No obstante la adicción a estos dispositivos ha llegado también al ámbito de la seguridad vial. De hecho, 7 de cada 10 conductores reconocen usar el móvil mientras están conduciendo, según indica un estudio del RACC. Un sencillo movimiento que parece no tener importancia, pero desde la DGT advierten que responder una llamada es equivalente a conducir tras haber consumido el doble de alcohol de lo permitido. Por ello, el uso del móvil al volante está prohibido desde enero de 2002 y supone una multa de 200 euros. A pesar de eso, las distracciones al volante, entre las que se encuentra utilizar el teléfono móvil, siguen teniendo un gran protagonismo en la siniestralidad vial. De hecho, en 2014 fueron un factor concurrente en el 30% de los accidentes con víctimas.
El carnet por puntos
Pero sin duda, el cambio más radical de los últimos años fue la introducción del carnet por puntos. Este sistema se basa en educar a los conductores mediante un sistema de penalización/compensación con sanciones que ya no son puramente económicas, sino que juegan con la posible pérdida del permiso del conducir, algo que el conductor valora mucho más. Y según las cifras de siniestralidad de la última década, parece que este sistema ha funcionado.
El pasado 1 de julio se cumplieron 10 años de su implantación (desde el 1 de julio del 2006) y desde entonces hasta el día de hoy, el número de víctimas en accidentes de tráfico se ha reducido considerablemente. Según cifras hechas públicas por la DGT en el año 2006 se registraron 4.104 fallecidos en las carreteras de nuestro país, cifra que se redujo a 1.688 muertos en 2015. Una reducción que, si bien no se ha debido únicamente al carnet por puntos, si que ha jugado un papel importante en ello.
En estos 10 años más de 200.000 conductores han perdido el permiso de conducir tras quedarse sin puntos. Entre las principales infracciones que han supuesto pérdida de puntos a los conductores destaca el exceso de velocidad (46%), utilizar el teléfono móvil al volante (14%), no usar el cinturón o los Sistemas de Retención Infantil (S.R.I) (11%), y circular bajo los efectos del alcohol o las drogas (9%).
Además, en los últimos casi 5 años del permiso por puntos, la vigilancia, controles y las sanciones a los conductores se han incrementado considerablemente. De hecho, desde el 1 de julio de 2011 hasta finales de 2015 se sancionó a un 45% más de conductores que en los primeros 5 años y se sustrajeron un 53% más de puntos.
Reeducar, la base del carnet por puntos
De las 200.000 personas que han perdido su permiso de conducir desde el año 2006, cerca de 150.000 lo han recuperado gracias a los cursos de sensibilización. Sólo en 2015, 68.000 conductores realizaron dichos cursos. Y es que la reeducación y la concienciación son los pilares en los que se basa el llamado permiso por puntos. Premiar a los buenos conductores, otorgándoles puntos, y castigar a los malos, sustrayéndoselos. De hecho, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el 40% de los conductores afirma que el permiso por puntos ha hecho que su forma de conducir cambie mucho o bastante, y el 70% considera que es una buena o muy buena medida. Además, estos 10 años también han ido acompañados de una intensificación de la vigilancia o de las campañas de concienciación.
¿Modelo agotado?
Si bien el modelo del carnet por puntos ha dado muy buenos resultados durante algunos años, durante estos últimos, el número de víctimas en accidentes de tráfico ha sufrido un estancamiento. Si en 2013 el número de fallecidos en carretera descendió en 167 respecto a 2012, a partir de 2013 las cifras se han mantenido prácticamente invariables. Así ese año, 1.134 personas perdieron la vida en las carreteras españolas, el siguiente, en 2014, esta cifra se redujo en 2 personas (1.132) y en 2015 la diferencia con el año anterior fue de 6 personas (1.126). Aunque la parte positiva es que estos datos no han experimentado ningún repunte, esta tendencia parece dar muestras del agotamiento del sistema del carnet por puntos y la necesidad de un nuevo cambio de modelo.
Entre sus puntos débiles, los expertos ponen el foco en infracciones como el uso del móvil al volante y el exceso de velocidad. Sin embargo, uno de los aspectos que más preocupa es el número de conductores reincidentes. Así, de las personas que perdieron algún punto de su permiso, el 8,6% acumularon más de una sanción con pérdida de puntos, o lo que es lo mismo, 2.600.000 conductores fueron reincidentes, muchos de ellos debido al consumo de alcohol o drogas.
Entre las propuestas que manejan algunos expertos para mejorar las cifras de siniestralidad destaca la revisión del sistema de sanciones, o adaptar los cursos de sensibilización a determinados tipos de conductores infractores.
Cambios en la tecnología de los coches
Pero la reducción de la siniestralidad no sólo ha tenido que ver con los cambios legales y administrativos. La evolución de la tecnología ha jugado un papel fundamental en la disminución del número de víctimas mortales en carretera. De hecho, según un estudio de la Fundación Línea Directa elaborado en 2014, los sistemas tecnológicos avanzados podrían salvar cada año a 420 personas.
Y es que diversos organismos han conseguido demostrar como la tecnología es capaz de reducir el número de víctimas en carretera. En 2014 un estudio de EuroNCAP demostró como había evolucionado la seguridad en el mismo modelo de un coche Volkswagen Golf de 1998, a otro igual de 2012. Así, si el primero contaba con una valoración de 4 estrellas, y una protección del conductor calificada como «correcta» en caso de colisión frontal, el modelo de 2012 consiguió 5 estrellas y la máxima calificación en la protección del conductor.
ABS, cinturón y airbag, obligatorios en los vehículos
Y es que han sido diversos elementos de seguridad los que se han incorporado a lo largo de los años a todos los vehículos. Por ejemplo, el ABS, un sistema de antibloqueo de frenos, constituía un equipamiento extra en la mayoría de los vehículos hasta el año 2004. A partir de esa fecha, la UE estableció que dicho equipamiento debía incluirse de serie en todos los turismos fabricados a partir de 2004. Y lo mismo ocurrió con otros elementos como el airbag, que en el año 1996 sólo el 2% de los coches europeos lo incluían y desde el año 2006 es obligatorio que todos los vehículos lo tengan. Por no decir el cinturón de seguridad, que ya hemos mencionado anteriormente.
En busca de los vehículos inteligentes
Pero además, en la actualidad estamos viviendo una auténtica revolución tecnológica que incluye en los vehículos diversas tecnologías y sistemas con el objetivo de conseguir una siniestralidad cero. El Asistente de Velocidad Inteligente (ISA por sus siglas en inglés, Intelligent Speed Assistance) es un ejemplo de ello. Este sistema ayudará a reducir el número de accidentes causados por exceso de velocidad. De hecho, según la Fundación MAPFRE permitiría reducir el número de colisiones en un 30% y el de muertes en un 20%. Otros sistemas pueden ayudar a evitar las distracciones al volante, como el asistente de mantenimiento de carril, que corrige la trayectoria del vehículo en caso de que éste se desvíe o los sistemas de frenado de emergencia. Además, la tecnología de comunicación vehículo a vehículo, también conocida como coches conectados, hará que estemos prevenidos ante los movimientos que vayan a efectuar los vehículos que se encuentren alrededor.
Y todo ello, combinado con tecnologías más avanzadas dará lugar al llamado coche autónomo, que no necesitará de una persona para poder conducirse, sino que será capaz de imitar las funciones humanas, adaptando la conducción a las circunstancias que lo rodean. Y aunque parezca algo del futuro, esto podría estar más cerca de lo que pensamos. De hecho, ya hemos podido ser testigos de ello en numerosas ocasiones, tanto con el coche sin conductor de Google en Estados Unidos, e incluso en España, con el prototipo de coche autónomo de PSA Peugeot Citroën que realizó el recorrido Madrid-Vigo. Y esto es algo que, evidentemente, tendrá su reflejo en las cifras de siniestralidad, se espera que reduciéndolas a niveles mínimos.
La seguridad y su repercusión en el seguro de Coche
Todos estos cambios en el vehículo también afectarán al seguro de Coche. Como es lógico, si existe menor riesgo de sufrir un accidente, el seguro será más económico. Es por ello que una parte de la prima del seguro se establece en función del propio vehículo. De esta forma, uno de los factores que puede influir en el precio de la póliza del coche es el equipamiento y la tecnología con la que cuente. Así, un vehículo que tenga diversos elementos de seguridad será más barato de asegurar que uno con un equipamiento básico. Del mismo modo sucede con la antigüedad. Según un análisis de Rastreator.com, asegurar un coche de segunda mano puede ser hasta un 22% más caro que uno nuevo.
No obstante, si quieres encontrar el seguro más barato para tu vehículo, lo mejor es que utilices el comparador de seguros de coche de Rastreator.com. En unos minutos encontrarás la póliza que mejor se adapta a ti, al mejor precio.
Septiembre de 2016
Periodista experta en el sector de viajes y alquiler de coches