Comprar un coche: ¿préstamo o leasing?
- El leasing se trata de un contrato de alquiler que incluye la opción de comprar el vehículo
- Adquirir un coche mediante leasing evita tener que pagar entrada, pero tendrás que abonar el pago del valor residual al finalizar el arrendamiento
Aunque el sector automovilístico intenta hacer malabares para compensar la caída en la compra de vehículos, lo cierto es que el mercado sigue resentido desde que llegó la crisis económica a España. Pese a experimentar disimulados repuntes desde entonces, la compraventa de vehículos no consigue volver a los niveles precrisis debido, entre otros, a la incertidumbre en torno al impuesto al diésel y a las nuevas alternativas de movilidad.
Por este motivo, los concesionarios han apostado por mejorar sus ofertas y lanzar atractivos descuentos para atraer a clientes potenciales con los que recuperar la caída de ventas. Además de acercarse a los compradores con financiación flexible y a costes prácticamente nulos, también lo intentan hacer ahora a través de nuevas formas como el leasing. Esta alternativa ofrece una combinación entre financiación y alquiler o, lo que es lo mismo, un alquiler con opción a compra.
Aunque se trata de una fórmula que puede resultar muy beneficiosa para el cliente, lo cierto es que no siempre es conveniente adquirir un coche a través del leasing. En dichos casos, la opción más recomendable sería hacerlo financiándose a través de un préstamo personal o la propia financiera del concesionario. En Rastreator.com te contamos las diferencias entre ambas opciones y cuál es más interesante dependiendo de tu situación personal y financiera.
Comprar un coche por leasing
El leasing o arrendamiento financiero se trata de un contrato de alquiler que incluye una opción a compra que el arrendatario puede ejercer al finalizar el mismo. Aunque empezó como una fórmula de financiación para empresas y autónomos, su popularidad ha hecho que se extienda también a particulares, ofreciéndoles la posibilidad de poder renovar el contrato, alquilar otro vehículo o cerrar su compra al final del periodo estipulado entre ambas partes.
Si decides comprar un coche a través de leasing tendrás que afrontar unas cuotas mensuales que serán ligeramente inferiores a las de un préstamo personal pero que, al vencimiento del contrato, se sumarán al desembolso final que tendrás que aportar para hacerte con el vehículo en su totalidad, aunque para ese momento su valor residual sea muy inferior a su valor inicial.
A la hora de utilizar el leasing, existen dos opciones:
- Leasing cerrado: a través de esta opción podrás devolver el coche una vez que el contrato haya finalizado. Eso sí, tendrás que tener en cuenta que si sobrepasas el kilometraje permitido o el coche presenta un excesivo desgaste deberás abonar una indemnización.
- Leasing abierto: en este caso existe la obligación de adquirir el vehículo por el precio acordado a la finalización del contrato.
Mediante esta técnica de arrendamiento financiero la propiedad del coche estará a tu nombre y, por tanto, pese a que se trate de un alquiler, serás el responsable de hacer frente a todos los gastos del vehículo, al igual que si fuera de tu propiedad desde el primer momento. Esta es una de las principales diferencias con otro de los métodos de arrendamiento que existen en el mercado de automóviles, el renting. Y es que mediante este último solo tendrás que asumir una cuota fija y una fianza para usar el vehículo aunque, eso sí, en este caso no tendrás opción a compra al finalizar el contrato. No obstante, la ventaja principal es que no deberás asumir gastos de ningún tipo (como seguro, reparaciones, etc.).
Características del leasing
Al comprar un coche mediante leasing, un tercero, que puede ser un banco o una empresa de leasing, efectúa la adquisición por el cliente con la condición de que este devuelva el dinero a plazos, al igual que con un préstamo personal. No obstante, la diferencia con este último reside en que al finalizar el contrato el cliente podrá decidir si quiere adquirir el vehículo en su totalidad o no.
Debido a su carácter de producto financiero, la operación debe ser cerrada por un tercero y el contrato tiene que tener una duración mínima de dos años. Tras este periodo, podrás decidir qué hacer con el vehículo en cuestión.
Además, otra de las características que deberás tener en cuenta antes de cerrar una operación mediante leasing son las condiciones del contrato, ya que en éste figurará el número máximo de kilómetros que podrás realizar a lo largo del año, así como el estado de desgaste que tendrá que tener el vehículo. En caso de que su uso exceda las condiciones pactadas deberás compensarlo económicamente aunque no adquieras finalmente el coche.
Ventajas y desventajas del leasing
Aunque, a priori, la opción del leasing puede resultar interesante para quienes quieran comprar un coche, lo cierto es que existen algunos aspectos que deberás tener en cuenta antes de decantarte por esta fórmula de financiación. Entre sus ventajas se encuentran:
- Disponer de un coche nuevo cada cierto tiempo. Mediante el leasing tendrás la posibilidad de renovar tu vehículo cada pocos años. Además, podrás elegir un coche de una categoría superior sin necesidad de abonar todo lo que cuesta, siempre y cuando no lo acabes comprando.
- Cuotas asumibles. Esta forma de financiación ofrece una flexibilidad mayor a la de los préstamos tradicionales, ya que los pagos mensuales, por lo general, serán menores. Y es que a través de este método, el desembolso mayor se produce al final del contrato, por lo que, hasta entonces, las cuotas serán inferiores a las que abonaríamos si estuviéramos pagando el coche poco a poco.
- Desembolso inicial reducido. Normalmente, si te decides por utilizar el leasing financiero para disfrutar de un automóvil no tendrás que asumir gastos iniciales, más allá de las cuotas mensuales y, en algunos casos (como el renting), una pequeña fianza.
- Ventajas fiscales para empresas y autónomos. Si el vehículo se adquiere para ejercer actividades profesionales podrás desgravarte el Impuesto de Sociedades o IRPF.
No obstante, el leasing plantea también algunas desventajas:
- Pago de cuotas sin tener el vehículo en posesión. Si finalmente optamos por no adquirir el vehículo estaremos pagando las cuotas del alquiler sin disponer de ningún bien.
- Penalización por cancelación. Como todo contrato que se formaliza, si decides finalizarlo antes de tiempo porque no te interesa seguir usando ese vehículo tendrás que pagar los correspondientes costes de cancelación.
- Costes derivados del alquiler. Si sobrepasas los kilómetros pactados o el coche sufre un desgaste superior al previsto tendrás que asumir gastos extra.
- Seguro y otros gastos. Puesto que el vehículo estará a tu nombre deberás contratar el seguro de coche para garantizar su mantenimiento. Al tratarse de un alquiler, hay seguros para leasing es los que es posible que el importe de la póliza sea superior al que tendrías que pagar si compraras el vehículo. Asimismo, aunque sea un arrendamiento, deberás hacerte cargo de las averías o cualquier otro problema que sufra el coche.
Para comprar un coche: ¿elijo préstamo tradicional o leasing?
Si ha llegado la hora de comprarte un coche y, ya sea por motivos económicos o personales, no quieres pagarlo al contado, existen diferentes alternativas que podrás elegir en función de tus necesidades. Una de las más populares tradicionalmente ha sido la de solicitar un préstamo a una entidad financiera. Dado que se trata de una gran inversión y de un gasto que suele ser difícil de asumir y planificar, los bancos han desarrollado productos específicos para financiar vehículos. Y es que, al igual que pueda ocurrir con las hipotecas, las entidades ofrecen una gran variedad de préstamos destinados a la adquisición de coches con tipos atractivos.
Así, a la hora de valorar entre solicitar un préstamo para comprar un coche o hacerlo a través de leasing, tendrás que tener en cuenta algunos factores:
¿Qué requisitos tengo que reunir?
Por lo general, tanto para solicitar el préstamo como para adquirir un vehículo por leasing deberás reunir un perfil económico atractivo. Esto implica poder demostrar solvencia y que cuentas con ingresos recurrentes o un trabajo estable. En el caso del crédito, muchas entidades podrán solicitarte que adquieras, además, algún producto vinculado como algún seguro o que domicilies recibos en el propio banco.
¿Para qué necesito el vehículo?
La finalidad y el uso que se le vaya a dar al vehículo serán claves a la hora de elegir entre una opción u otra. Si, ya sea por motivos profesionales o personales, necesitas disponer de un coche nuevo cada dos o tres años, es probable que el método más adecuado sea adquirirlo a través de leasing. De este modo, al vencimiento del contrato, tendrás la posibilidad de devolver el coche, cambiarlo por otro nuevo o comprarlo. Es por ello por lo que este tipo de financiación flexible está especialmente indicada para pequeñas empresas o autónomos que necesitan un vehículo como instrumento de trabajo. Eso sí, para ello será importante tener en cuenta siempre el kilometraje permitido para no tener que asumir costes extra. Si, de lo contrario, quieres tener un coche en propiedad para disfrutarlo y darle el uso que quieras, sin necesidad de estar contando kilómetros, lo mejor será decantarse por la compra a través de un préstamo personal.
¿Qué es más barato?
Aunque elegir un método u otro dependerá, especialmente, del uso que se le vaya a dar al coche, lo cierto es que las diferencias de precio pueden hacer que te acabes decantando por una opción u otra. Aun así, conviene saber que, por lo general, dichas diferencias son mínimas. Sobre todo en el caso de los modelos de gama media y baja. Eso sí, si optamos por un modelo con un precio algo más elevado observaremos algunos contrastes. Además, si eres autónomo o tienes tu propia empresa, tendrás que tener en cuenta que podrás desgravarte las cuotas del leasing, algo que no podrás hacer con el préstamo personal.
A modo de ejemplo, en Rastreator.com hemos analizado los precios de ambas modalidades para el Clase A 200 compacto de Mercedes. Si nos decidimos por comprarlo a través de un préstamo, el precio de acceso de este vehículo estará, sin ofertas ni promociones, en los 31.400 euros. Si solicitamos un préstamo a través de Rastreator.com por valor de 30.000 euros con un plazo de amortización de tres años tendremos que pagar una cuota mensual de 885 euros (en el caso de la oferta más barata), con una TAE (Tasa Anual Equivalente) del 4,02% y un TIN (Tipo de Interés Nominal) del 3,95%. En total, el coste total será de 31.862 euros. A esto, sumaremos los 1.400 euros que no hemos pedido prestados, dando un importe final de 33.262 euros.
Si nos decantamos por el leasing, la automovilística ofrece la posibilidad de adquirir el mismo vehículo y “alquilarlo” durante tres años. Para ello, pagaremos una entrada de 1.400 euros y podremos realizar hasta 15.000 kilómetros anuales con el coche. En este caso, las cuotas mensuales ascenderán a los 475,25 euros. Además, tendremos que abonar una comisión en concepto de apertura por valor de 897 euros. Así, haremos frente a una TAE del 9,52% y un TIN del 7,75%. Al final de los tres años habremos pagado unos 18.000 euros. En este momento tendremos la opción de devolver el vehículo o pagarlo abonando el importe final pactado previamente de 18.752,62 euros. En total, el leasing costará unos 38.000 euros.
Comparar los mejores préstamos
A la hora de decidir qué fórmula de financiación nos conviene para nuestro coche tendremos que estudiar las diferentes posibilidades que ofrece el mercado en función del uso que le vayamos a dar al vehículo. Si lo que queremos es renovarlo cada pocos años es posible que nos convenga más financiarlo a través de leasing. Si, de lo contrario, necesitamos un coche en propiedad, sin límite de kilometraje ni condiciones, lo mejor será comprarlo a través de un préstamo personal.
Si te decantas por esta última opción, el comparador de préstamos personales de Rastreator pone a tu disposición una herramienta útil en la que podrás estudiar la financiación más ajustada a tu perfil y decidir la que más se adapte a ti.
Licenciado en Económicas por la Universidad Complutense de Madrid y tiene un Máster en Dirección Financiera y Control del Instituto de Empresa. Es Director de Operaciones y Director de Desarrollo de Negocio y está a cargo de las áreas de Finanzas, Telefonía, Energía y Coches.