¿Cuánto cuesta hacer un testamento?
- Hacer el testamento notarial es un trámite sencillo y asequible, considerando la importancia y transcendencia del documento
- Existe la opción de realizar los trámites de forma telemática, acudiendo a la notaría tan solo para la firma
El testamento es el documento en el que una persona recoge cómo han de repartirse sus bienes cuando ya no esté. No solo asegura que se va a cumplir su voluntad, sino que aporta tranquilidad también a sus herederos, les encauzará la gestión de los trámites y, en el futuro, les evitará motivos de disputa con otros familiares.
Se suele caer en el error de pensar que hacer testamento es un tramite farragoso, reservado a personas ricas con mucho patrimonio. Sin embargo, se trata de un documento sencillo y asequible, sobre todo si se piensa en su importancia.
No contar con un testamento encarece los trámites de la herencia. Además, si te preocupa que cambie tu voluntad después de redactar el testamento, debes saber que el documento se puede modificar cuántas veces desees, por lo que no es necesario retrasarlo hasta el final si no estás seguro del reparto que quieres realizar. También evita pensar en la distribución de los bienes entre los herederos en un momento tan complicado como puede ser la muerte de un familiar o un ser querido.
En este artículo te contamos:
¿Qué se decide en un testamento?
A través del testamento, una persona puede decidir en qué porcentaje se dividirán sus bienes, siempre dentro de lo que marca la ley.
Según establece el artículo 808 del Código Civil, dos terceras partes de la herencia corresponden siempre a los hijos u otros descendientes. Uno de estos dos tercios es la legítima, la cual se divide en partes equitativas entre los herederos “forzosos”. La otra parte reservada por ley es el tercio de mejora, donde quien hace el testamento puede decidir favorecer a alguno de los herederos legitimados. Con el tercio de libre disposición, el testador no tiene ninguna limitación: lo puede destinar a las personas que desee, sean o no familiares, incluyendo entidades sin ánimo de lucro.
Es importante recalcar que no es obligatorio hacer un inventario de los bienes ni concretar quién va a recibir qué, es suficiente detallar cuánto porcentaje del patrimonio recibirá cada persona.
¿Qué tipos de testamento existen y cuánto cuestan?
Hay diversas formas de recoger la última voluntad, aunque las dos más comunes son el testamento ológrafo y el testamento notarial.
Testamento ológrafo
Se trata de la forma gratuita de hacer testamento, al menos para el testador. No es preciso salir de casa, se escribe a puño y letra un documento propio con la firma de quien realiza el testamento.
Es la única forma de mantener en secreto la existencia misma de la última voluntad, pero este hecho conlleva sus riesgos. Puede que nunca se llegue a hallar el documento, se destruya, se falsifique o quede invalidado por contener una irregularidad o un error. Los herederos se verán obligados a someter el testamento a un procedimiento de oficialización para hacerlo efectivo. Dichos trámites pueden ser complejos y costar cientos de euros, por lo que la vía ológrafa no es en absoluto gratuita para los herederos.
Testamento notarial
La modalidad más frecuente de hacer testamento es la notarial abierta. Se expresa la voluntad a un notario, quien se encarga de la redacción del documento. En el proceso, el tasador cuenta con los conocimientos técnicos y jurídicos del notario, lo que constituye la principal ventaja de esta modalidad. Aunque el precio final depende del contenido y la extensión del documento, resulta un trámite asequible, que suele costar entre 40 y 60 euros.
Hoy día existe la opción de tramitar el testamento online a través de internet o por teléfono, con el servicio de un gabinete que proporcione asesoramiento legal y técnico. Este proceso a distancia suele iniciarse rellenando un formulario con la información necesaria para el documento. Tratándose de un testamento abierto, el único paso que requiere de presencialidad es acudir a la notaría, con el documento ya preparado para su firma. Diversas compañías aseguradoras incluyen este tipo de servicio en sus seguros de vida.
Si se busca garantizar la confidencialidad del texto, sin que se nadie conozca su contenido de antemano, una alternativa con más garantías que la ológrafa es hacer un testamento notarial cerrado. El precio es similar al del notarial abierto. En este caso, el documento se guarda en un sobre sellado y se declara su existencia al notario, quien, con un número de registro, recoge en un acta las marcas del sello, para evitar adulteraciones. El sobre queda en manos del propio notario, el testador, u otra persona de confianza.
¿Qué sucede si no hay testamento?
En caso de muerte sin testamento, se realiza una declaración de herederos, un documento en el que se define quiénes son los parientes con derecho a heredar. La ley establece, en principio, que los herederos son los hijos. Si el fallecido no tiene hijos, la herencia pasa a sus ascendientes, y en su ausencia, al cónyuge. Si no hay cónyuge, el orden continua con hermanos, sobrinos, tíos y primos.
Según el Consejo General del Notariado, los trámites asociados a la declaración de herederos triplican en precio que tiene hacer el testamento.
Licenciado en Administración y Dirección de Empresas, especializado en marketing y comunicación para empresas y organizaciones, centrado en la redacción y difusión de contenido divulgativo.